Reducir el cambio climático es posible

Reducir el cambio climático es posible, y todos tenemos que colaborar.

Este lunes en el periódico El País, leíamos una noticia cuanto menos esperanzadora: “La economía mundial consigue crecer sin aumentar las emisiones de CO2”

Como ya sabemos, el dióxido de carbono (CO2) es el principal gas de efecto invernadero. Procede principalmente del sector industrial y los combustibles fósiles. Tal y como nos cuenta este diario, un informe presentado en la Cumbre del Clima de Marrakech, indica que durante los tres últimos años las emisiones de este gas se han estancado. Sin embargo, la economía mundial ha crecido un 3% de media.

“La buena noticia es que se confirma que la economía mundial puede crecer sin incrementar las emisiones de CO2.”

A pesar de esto, no todo es tan bueno como parece. Para lograr que el cambio climático se quede dentro de unos márgenes aceptables, el estancamiento de las emisiones no es suficiente. Es necesario que disminuyan rápidamente.

China y los Estados Unidos juegan un papel fundamental para conseguir el objetivo de reducción de emisiones puesto que son los dos países mas contaminantes. Entre los dos acumulan el 29% y 15% respectivamente de las emisiones mundiales. La reducción del uso del carbón en ambos países (bien por motivos de exceso de contaminación interna o económicos, y no tanto por el cambio climático) favorece el objetivo global. Lo que no sabemos es si Estados Unidos seguirá esta senda de reducción de emisiones tras la victoria de Trump la pasada semana.

“La incertidumbre que se abre tras la victoria de Trump en la lucha contra el cambio climático es grande.”

Más cerca de casa, la Unión Europea acumula el 10% de las emisiones mundiales. Durante los años noventa Europa ha sido la región que más esfuerzos ha hecho para reducir emisiones, pero en 2015 volvieron a crecer por un mayor uso del carbón. Alemania aumentó sus emisiones un 0,7%, Italia un 5,4%, Francia un 1,4% y aquí en España, aumentaron un 3,2%.

Ante estos datos y haciendo oídos sordos a la petición de la ONU a los Gobiernos para que eliminen las ayudas públicas a las energías sucias, el Ministro de Energía Álvaro Nadal considera que la mejor solución es que el propio mercado haga caer el uso de la energía más contaminante en España.

La verdad es que dejar al azar del mercado, que tan fácil resulta de manipular para los grandes poderes, una cuestión tan importante, no nos parece que sea la medida digna de proponer de todo un Ministro de Energía. Necesitamos medidas realistas que nos lleven a la reducción efectiva de las emisiones.

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